
Busco, voy y vuelvo. Más voy que vuelvo. La mayoría de las veces me pierdo. Es necesario perderse para encontrar/c, dicen.
Nací en el mes de la patria –curioso que la nazión tenga cumpleaños– un año vago dentro de una década vaga. Ahí comenzó el viaje, el divagar.
Escribo desde la entraña, desde el estómago, borrando a veces palabras con los ojos; y desde ahí lanzo semillas que espero encuentren tierra, y crezcan.
Estoy a la espera.
No hables de vida
Si lo que sientes lo que encuentras,
lo que oyes y vomitas
no te quema los ojos la lengua la entraña
Si no se levanta una fogata en tu corazón
donde Baco se destroce bailando
despertando el primitivo vestigio que dicta a moverte
porque no somos dioses
Si lo que entra en ti no te quema
si el insomnio no te descascara los ojos
y sientes el aullar de tu pecho más alto que tu voz
más comunicativo que todas las máscaras guardadas
Si el equilibrio en ti no es el desenfreno
el placer de las bocas untándose fuego
el después de la cortina del sueño
la curiosidad comiéndote las uñas
¿Has estado haciendo bien eso
de
vivir?
Ojo nocturno
Un ojo puede dar mil vueltas
mirando el vacío
negro
p r o f u n d o
Estar escribiendo los garabatos de la noche
estar escribiendo callado
con estruendos de voces a la espalda
estar, ser
estar, es/
cry/
viendo
es críptico
aullando el desasoCiego humano
humeante pensamiento ante los laberintos
Una sola
palabra
construye babeles
un sentimiento
un sonido
una línea en el nudo
________
Hay caras asomándose por la cortina
todas afiladas
afinadas
dispuestas a pedir
riendo
llorando hablando
susurrando secretos mortales
íntimos
de mí y de mi rostro
No quiero escuchar las espirales del olvido
ni navegar congelado tus ojos en la noche
No quiero frío en mis labios ojos en mis párpados
Hay tantos gestos atrapados en mis dientes/
Mi ojo da vueltas en el abismo
y muerdo los bordes para no caer
Una palabra me puede salvar
una
palabra
Si me la dijeras
Si el secreto estuviera en mis palmas
o en mi corazón expuesto
me sentiría como el pájaro que apenas aprende a volar:
el intento
O
la muerte:
Mi ojo da mil vueltas en la noche agonizante.
No he podido vivir de los espejos
Tanto es lo que hoy se destruye en mí
tanto es lo que hoy he destruido
que el escombro me pesa hasta el sueño
que el sueño me sabe a escombro
Tan lento se suceden las gotas de esta lluvia
de la lluvia fría de estos pensamientos
que me arrastra, frío al nido de mi hoguera
a ser ceniza encima del asfalto
No sé
me sabe a nada el orden
-Tengo una tormenta en los ojos-
Me sabe a nada el saber
si para crecer tengo que volver al núcleo
de mi semilla
Tengo la mirada destruida de tanto creer
y el cerebro estático de tanta estructura
Hazme morir y nacer en la raíz de una palabra
en el ala de un suspiro
Viola esta integridad falsa
este reflejo mal recordado
y escúpeme lo que soy:
fermento de cianuro.
El vértigo
Trastocada tarde y fría
siento todos los pensamientos afilados
rompiéndome los bolsillos;
no hay sentido en todo esto más que el perderme
y volverme a perder
y llegar a encontrarme en los excesos
de la desorientación
que se acumulan debajo de mi almohada
En los sueños viajo, las piezas encajan;
crucifixión de la razón
me entiendo, te entiendo
mundo y escalo las rococidades de mi mente
y aunque con la mayor delicadeza
me hiero, sangro
sin dolor
Hasta que despierto;
el mundo se impone inquebrantable
y el día avanza insostenible como la vida
dando continuos saltos
desde todos los obeliscos de la Tierra.
Primer amanecer
En el silencio de las hojas en llamas que caen
se esconde la flor que está naciendo
El pensamiento se añeja en la arquitectura
y en el niño interior que agoniza;
el bosque mental arde
dos, tres milenios se calcinan
en unos instantes de consciencia
A flote salen los rostros sonrientes
del agujero de la memoria
pero el polvo les esconde la sonrisa,
no hay nada que ver
En la pupila y su sol se esconde lo esencial,
no en otra parte
y lo exterior se triza en las manos del ego
que grita y llora
y pide piedad
c
a
yendo
El rayo que surge
desde la profundidad del cielo
nos despierta
para que podamos ver
el primer amanecer,
los funerales del concepto.
Alarido
No hay manera de expresar
en algún sentido amplio
en palabra precisa
cadenas de sentimientos
oscuros tal vez
pérfidos
perfumados o buenos
sentimientos nonatos
por lo fugaz de cada mirada
y por la rapidez impía
de cada acto
actuado o no,
no se puede expresar.
Hay un ardor, alarido
un grito inmenso
mudo escalando la garganta,
saliendo vomitado
llegando a profundidades inermes
de esta tierra llagada
cortada
herida hasta el absurdo
Y hay ecos
ecos y calles
vacías de la dura ciudad
dibujando en mis ojos
y en los tuyos
tableros de ajedrez
poniendo en nuestras manos
ruletas con las que disparar
el primer espasmo
que nos abrace y despierte.