martes, 26 de mayo de 2015

Alejandro Cruz (2da selección)

De a poquito ha querido alejarse de la presencia del autor, y por lo tanto ha preferido otorgarle voz a sus voces. Pero cuando éstas llegan a su casa exigiendo venganza, se acuerda que siempre está ahí, en la frontera, queriendo pasar piola. Entonces, las invita a pasar y les prepara una paella con lo que haya en el refri. Cuando las visitas se van, se acuerda que si él está presente, también sus fantasmas, y se pregunta si sus voces lo saben o están más preocupadas viendo anime o una película rusa.

Además, Alejandro se dedica a otros oficios, también freelance: es colocador de nombres ingeniosos, como el de la conocida ciudad de Chachechipe, y se dedica a mear autos.

Los siguientes textos hablan del diluvio universal, alejándose de la versión de Darren Aronofsky, y acercándose más a la de Enoch. Son parte de una obra mayor.  


Gregory

I

La sociedad civil
es un ángel metálico
de escamas relucientes
como luces navideñas,
con unos bototos comprados
en Providencia,
con un pie de hipoteca
en una zona incipiente
de desarrollo inmobiliario.

Las abuelitas le lloran y prenden velas,
le regalan peluches de las máquinas
de cien pesos.

En las ferias venden toallas con su rostro
y calendarios con sus frases célebres.

II

Patrono de los completos,
las botellas retornables
y los gatos chinos.


Los pecados de Semyazza 

A propósito
de las innumerables
miserias,
descendió junto a sus fieles.

Vayamos y cojamos,
y engendremos hijos
entre los hombres.

Tres mil codos midieron
cada una de esas bestias.
Azazel, el más violento,
les enseñó el TrashCore.

Vigilantes caídos;
sólo se les permitió vivir
como conductores designados. 


Maneki Neko 



          Los ángeles caídos eran Maneki Neko.
          Conductores designados,
se recluyeron en los puestos
de comida china.

          Y no les fue mal
                      una legión de rojos
                                     ojos perezosos
                                                 fueron atraídos
                                                              por sus patitas
                                                              psicofálicas.

II 

En el exilio consiguieron el objetivo de su raza 
(Obsolencia programada). 

Mantenerlos bebiendo de la fuente del deseo. Cercados a la fuente del deseo

En el exilio descubrieron el objetivo de su raza
(¿Cuándo iremos a parar?) 

Mantenerlos cogiendo con la fuente del deseo. Derrochando bilis por la fuente del deseo. Reemplazar la fuente del deseo por ofertas Cencosud. 


Dios ciego 

                           Fin de la era.
Semyazza frente al verdugo.
La llama severa frente al pasillo
que el infante no quiere ver.
La destrucción frente a la seducción.

          La seducción como
          el brazo de Tetsuo,
          desbordándose
          hasta el apogeo.

Toda habitación puede ser más oscura
según quien la habite.

         
         (En la esquina, Gregory
         comiendo un chacarero. 
         Mancha su blusa   
         con salsa americana).
         

miércoles, 13 de mayo de 2015

Grace Galdames (1987)

La voz es el único instrumento capaz de transmitir un mensaje emocional y otro lírico. La voz es única e irrepetible, una huella digital de nuestros pensamientos y sensaciones. Se talla tal como un artesano talla la madera. Se busca; en ocasiones toda una vida. Es personal y es colectiva y, además de lo dicho, es también un regalo, un acto de ofrenda.

La voz se presta para portar las ideas de los y las artesanas que merodean sus matices queriendo transformarse en el mensaje que la armoniza con el origen. Es una nota dentro de infinitas y diversas tonalidades, que encuentra sonidos hermanos en la poesía y en el arte como herramientas fundadoras de un mundo ideado pero desconocido. 

Esta voz está siendo tallada con paciencia, pero también al ritmo de lo que ocurre a su alrededor. Pretende sacarse las astillas del ego y la desesperanza. Pretende unirse con otras voces que comparten sus sentires, en este entorno antiutópico, con libertad, lucidez y la tráquea dilatada.


Nacer en el mismo cuerpo

Debo extirparme la pena y con ella el cáncer
cauterizar las venas rotas y lamer la herida
hasta matarme una vez y otra vez
para nacer siete veces en este mismo cuerpo
respirando el mismo aire con otros sabores
pisando el mismo suelo con otros zapatos
tocar los cuerpos, los mismos cuerpos
con las escamas ásperas de tanto repetir. 


Antinatural 

Estoy asustada.
Los árboles de mi casa
golpean con rabia en la techumbre
como si supieran
como si el viento que los mueve
les susurrara a las hojas
una por una
que somos nosotros y que estamos
bajo estas latas, maderas y cementos
que nos escondemos aquí cada noche
después de haber arrancado de las flores
del aire y del sol.


Nosotras

estamos unidas en una página
que también es una foto
que también es un recuerdo
grabado en mis pupilas
como nubes de arrebol.

Nos vimos en la noche
de poesía
y lunas rojas.

Ahí mire los caminos
que la risa dibujaba
en tu cara y en la mía
cada vez
que tu planeta y mi planeta
se alineaban
en este pequeño universo
de calles rotas
casas viejas
y pechos suculentos
de sueños. 


Las sombras de Grace

Me acuesto queriendo descansar
me levanto intranquila y busco qué hacer
pero mi cerebro no se detiene
porque en esta sociedad 
soy trabajadora implícita e incansable.

Quiero deshacerme          desarmarme
quiero lo que logra una noche de descanso 
después de un día intenso
ese anhelado éxtasis, ese que confirma 
la autonomía de nosotras.

Mis labios comienzan a inflamarse y palpitar
                                        poco a poco
como ventosas en movimiento
a envolver esas superficies bondadosas
que se prestan para el juego
mientras mi mente recrea imágenes
que por alguna razón vuelvo a sentir
como si estuviera en ese momento
imágenes memorables
o de una invención
o con amantes diferentes
o con el mismo
o con la misma.

Pienso en las monjas
castradas por esa misión servil
casadas con esa divinidad masculina
que no da placer porque no está.
Entonces me toco haciendo justicia por ellas
por las mujeres mal cogidas y mal tocadas del falocentrismo
por las abuelas asexuadas, deseosas de la carne
que en su rebeldía ante el tiempo mismo
no jubilan sus satisfacciones.

Toco suaves mis hombros y mi pelo
mi útero y su cuello
liberando mis pechos y mis nalgas
de los ojos incapaces de mirarnos la cara
soñando que nos recorremos enteros
                                                             enteras
sin preferencia de cortes ni categorías
como animal sin vida que se va a la parrilla.

Me exorcizo de los dogmas
y excomulgo a la virgen santísima de nuestras vulvas
para ser poseída por la calidez del pecado
y el júbilo de la inmoralidad
y mis palmas y mis dedos acarician el vientre y bajando
pruebo y descubro mis formas
insultando a quienes nos cortan el clítoris en Oriente
a quienes nos tapan el cuerpo y nos matan por denigrarles la hombría
a quienes nos obligan al acto sexual con chantajes o golpes
a quienes gustan del sexo como mercancía
los insulto con éste, mi placer autónomo
y con más fuerza y otros movimientos
eyaculo mis ideas y las desparramo 
en su cultura del sexo
susurrando canciones salvajes y voces de goce
que dicen que el orgasmo femenino libre es hacer justicia
que dicen enriquecer el lenguaje con nuestro placer
placer político
en tu intimidad
en tu cama
en la mía
o en cualquier lugar.

domingo, 3 de mayo de 2015

Camilo Suazo (1993)


Soy, soy, soy, estudio esto, leo aquello, escucho esto, toco esto otro, soy hombre. ¿Edad? No, muchas gracias. ¿Soltero, cierto? Con el favor de la poesía; casado a veces, pero divorciado también. Mido uno setenta. Claro, un chileno, un chileno arrasado, promedio, con aspiraciones, emprendedor, libertario a veces. Mire, mire, entiéndame bien, soy cantautor. ¿Seguro? ¿Pero es un hobbie? A ver, a ver, señorita, o caballero, no, no, no, sólo Camilo Suazo.


Alguna vez fuiste esa mina

¿Alguna vez fuiste esa mina
que dominaba los ojos
se precipitaba
con piernas endurecidas
y oía a la noche
sollozar juventud?

¿Alguna vez fuiste esa mina
que risueña y ofuscada
esperaba en los paraderos
micros y no taxis
cervezas y no bebidas

hombres que no son hombres
sino niños, sino sanguijuelas
sino parásitos, sino mujeres
sino masturbadores, sino voyeristas
sino manipuladores
sino
ASESINOS DEL CLIMA Y DE LA CALMA?

¿Alguna vez fuiste esa mina
prometiendo incondicionales
te amos, y te quiero, y me encantas
y te odio, y te extraño, y te detesto
y ya no te soporto, esto termina
no termines, y adioses, corazón
y adioses, corazón?

¿Alguna vez fuiste esa mina
tenebrosa, nefasta
casi impenetrable, casi única
casi sombría, oscura
tan oscura en este sobre de papel
roedora, roedora de tu libertad
en el pensamiento impuro
de las cavernas baratas?

¿Alguna fuiste esa mina?
¿Lo fuiste alguna vez?


Pichilemu 

[…] ya llevábamos grandes minutos
con las cervezas en las manos

y Carlos dijo: 

"Este lugar insiste en ser fecundo

este lugar insiste en

que sea una ebria bicicleta"


Todo esto me ha llevado a cantar
a parir blues
a solear bajo el sol
este Mi menor
que llevo dentro

La cebada del cielo
me está pegando
cada vez más fuerte

y en este pueblo
arden
el sexo y las peleas porque sí

En el Boulevard
El Blue y El Docas
abunda un experimento veraniego
en que mi sueño no tiene
conexión con lo que miro

Hotel Savoy
a veces me hace tejer esperanzas
ideales sensuales

Luego de meses rezando
en esta cripta, con una
mujer simplemente inyectada
a mi vientre, y a mis venas

vuelvo sentado a las cavernas
nunca de pie, siempre honesto. 



El peso del verano 

El peso inesperado de este verano 
que llega sin avisar
voy contando los días
desmalezando mis terrenos viejos
abrazando la tierra
con los dedos y las piernas
continuando con las mañanas
como si no existieran
como si fueran las primeras
y me respondo alegre:
es que han pasado tantos recorridos
tantos caminos maltrechos
ojos hirviendo
palabras que saltan de la boca sin crines
sin bozales
cabalgando impredecibles
en esta tarea pa la casa
que nunca se termina
que nunca se hizo
que quedó guardada
en cuadernos antiguos
amarillentos, resinosos
mal olientes cuando se encuentran
cuando me encuentran
desde cuándo, desde cuándo
desde cuándo, cuando se hizo luz
el nombre, cuando conocimos
a las chicas en Yungay, cuando
de forma gallarda penetraste en las gradas
en el cemento de Pío Nono
en el cementerio de Vespucio
aguardando una lágrima
tomando, tomando
tanto he tomado
tanto he mandado a la ciudad
cuando me he dedicado a las vainas
las vanidades y las vaginas
tormento sin escrúpulos
glorioso de las maquinarias.
 

Joan Cornejo (3era selección)

Nace el 2 de noviembre de 1990, en la ciudad de Rancagua. El año 2009 entró a estudiar Psicología en la Universidad de Santiago de Chile, especializándose en educación y clínica infanto juvenil.
Oscila entre la música y las letras como medio de expresión, utilizando para estas últimas un lenguaje “cotidiano”, con intención de facilitar la lectura y hacerla accesible a cualquier persona. Mantiene una visión de mundo fundada en el absurdo y la ironía, que trata de traspasar de manera lúdica en sus escritos.


De mal en peor

Le comenta una estrella a otra:
“Esos humanos que ves a lo lejos
en este momento podrían estar muertos”
—Y con razón querida— responde la otra
con razón.


Denme la espalda 

Ayúdenme

Necesito apoyo

¿Saben lo difícil
que es escribir en el aire?


Recuerda 

Muy floja me considerarás 
–Le dijo la cuerda al equilibrista– 
pero siempre estoy tensa
y ya me cansé de soportarte 

Se quitó un peso de encima

Acto seguido se desanudó
y se prometió a sí misma no volver
a amarrarse a nada ni nadie
de aquella forma tan poco sana otra vez

Un excelente desenlace


Regalo 

               “El sabor del saber,
               de ver más y ver mejor
               no tiene comparación.
               Cualquier lugar
               donde se aprenda
               puede ser un paraíso”
Pregonaba ella
donde quiera que fuera
y a todo el que
quisiera escucharla

Por supuesto
muchos estuvieron en desacuerdo
—No todos merecen educarse— decían
e inventaban historias
para que la gente tuviera miedo 

Pero ella jamás tuvo miedo

Eva fue la primera profesora
y cuando alguno de sus estudiantes
le regalaba una manzana
sonreía pícara y agradecía el gesto

De ahí la costumbre.


Anti rollos

—No vales un peso— me dijo

Y entendí que quería
mantenerse ligera. 


Post-it

Escribir
cualquier mierda

por si las moscas. 


Rayado en un baño público

A los plagiadores les gusta el copy.