miércoles, 24 de diciembre de 2014

Percy Fuentes (2da selección)

Reseña biográfica + info y otros poemas aquí.


Parlante de constru

Sonidos que caen como granizos
refrescando aquella hoguera de cemento.
Acordes que masajean las espaldas
de estos conscriptos atribulados por el sudor,
con carretillas como tanques,
con martillos que disparan chistes y alicates 
que destraban cada talla del amargor de sus jornadas.
Melodías que llegan como sumo a una resaca,
que aceleran la lentitud de estos esfuerzos
y le alivianan el peso de su tiempo
defraudado por la alarma, todas las mañanas.
Resonancias que traídas desde lejos,
viajando en transportes inimaginarios,
arriban para combatir ese bullicio de herramientas
que taladra para siempre algunos cerebros
de este genuino ejército de artesanos.


Control remoto

Lucha por llegar temprano a casa
sólo para caer a la cama 
como un saco de cemento. 

Enciende su compañera favorita 
y se hunde en su cerebro
entre luces y sonidos de falsos testamentos. 

Su cuerpo extasiado se deja absorber por las horas,
y se estimula apretando involuntario 
los botones misteriosos de procesos sin tiempo. 

Reemplaza cada unos de los hilos que atan su realidad
por el tejido hermoso que la pantalla muestra perfecto. 

Y así aguarda el pasar de las décadas, 
sin penas ni glorias, 
con su monitor en su lecho. 

Hasta que llega el momento de transar con el espejo 
y se empieza a dar cuenta que ya está envejeciendo. 

Desconfía de su gente, no visita a su familia 
y hasta se ha puesto un poco más violento. 

Se ha difuminado la sonrisa de su cara, 
le asomaron las ojeras 
y ya se encuentra medio tieso. 

Otra víctima innegable de esta caja de ilusiones, 
que se adentra en nuestras casas
como el más nocivo de los vientos. 


Tan sólo al separarla

Por cada colilla olvidada en el piso
algún grano ambicioso, soñando
con un fragmento de tierra. 

Por todas esas latas echadas 
sin recelo a la deriva,
infinidades de flores comestibles
cubriendo nuestras mesas de energía. 

Y en cada vaso desechado en nuestra fiesta,
un buen plantulín pequeño, 
danzándole a la vida. 

Es que mis basureros se imaginan con alas
con tal de verse aterrizar en pleno campo cultivable,
y rebalsados con cáscaras multicolores
vaciar con ímpetu en la espiral alimenticia
esos tácitos nutrientes necesarios
para un porvenir reestructurado. 


Marchando de nuevo

Un joven que busca
su verdad a través de un viaje,
decorando su permeable destino
en base a una travesía majestuosa,
incluyendo en toda su atmósfera
su reflejo inconcluso 
frente a la ciudad apurada. 

En su tardía noche libertina,
con un atlas bajo las plantillas,
decide transgredir las trabas infinitas
y, como adorando sus piernas con alas,
sale a buscar certezas por horizontes inquietos. 

Con sus aliados preferidos
entre kilómetros de ilusiones,
varado en instantes entrelazados
por el amor a su próxima parada,
menoscabando lo formal de las fronteras,
por amor al arte, por deporte, por placer.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Belén Fuentes (1987)


Dicen que el papel aguanta mucho, pero para mí, escribir es mi único lenguaje honesto. Conservo todas las cartas, todo lo que se escribió, todas las letras de todas las personas que he conocido en la vida; son mis tesoros.

Centaura, nacida en 1987 entre las patas de los caballos, pateando humanos, pateándome a mí misma. Tomé la leche del mundo y me envenené. Me transformé en malta con leche condensada, un yin-yang. Con el tiempo aprendí a diferenciar a Belén (cordura) de Azuleta (locura), y así le he creado nombre a mis formas. Soy un universo caótico de contradicciones, conceptos, complejidades, mentiras y verdades. Mala, buena, imperfecta, dispersa, infame, maldita y jodida. 

Escribo poesía desde la infancia, y en aquel tiempo la desconocía. En la adultez, me vi escribiéndole todo el sentimiento amargo a Mixy en sus ultimos días de vida. Hasta que llegó Valpo a mi nuevo ciclo, y descubrí que mis quiltros/as amados/as me han enseñado a crecer entre poemas. 

Soy la de los amores perros.


Sin anestesia

Abortaré al patriarcado
una y mil veces
hasta desangrarme, 
hasta la derrota.

Abortaré al catolicismo
y toda religión
aunque se me azote
con moral y prejuicio la espalda.

Abortaré tu nombre
porque no necesitas letras;
tú, eres.

Abortaré, los viejos y nuevos conceptos
para crear así un lenguaje
que nos ha sido prohibido.

Abortaré putas, rameras, maracas
hasta que la lengua hostigosa
aprehenda a llamarlas
mujer.

Abortaré mi amor,
prefiero soportar
la sangre menstrual
a seres llenos de odio.

Abortaré
conocimiento e ignorancia.
Quiero nacer en
tiempos aún sin suceder,
verme cubierta de pelos.

Quiero,
en cuatro patas,
lamiendo a mis críos,
ser
sin razón, sin nación, sin traición. 


Tecito con malicia 

Ningún poeta detendrá  
el cause de las aguas envenenadas.

Ni nosotras
con nuestras mareas rojas
asustaremos
a la cabría rabiosa.

Lo siniestro es
musgo en las yemas
del animal.


Terneros en el matadero

Natalicios sin teta, con la ubre artificial en la boca, sin derecho al llanto. Terneros degollados con la CH. Se los cenan en el senado, les degollan la inocencia. Ellos son los huachos. Con mocos colgando y lágrimas en los ojos, gritan: iSéname! iSéname!

Cortan y cortan cabezas
tiernas en el matadero.

Mientras su instinto animal protege
sus pelajes abandonados
y sus patas con fuerza,
reprimidos antes,
ahora furiosos, forjan una manada
alerta, siempre alerta.


Las verdades de la vulva de Venus
 
Cada cual tiene su precio y ya han pagado mucho por mí. He llegado a la decadencia de mis horas furtivas, de la sobreactuación de mis risas, de mis primeros orgasmos congojados. Soy la hetaira apuntada con el dedo. Puse el lomo a mi manera, sabiendo que la cruz me azotaría con saliva prejuiciosa. Y a los santos, ¿quién los azota? "Al santo no se le para", dicen. "Al cura no se le juzga", cuentan. "El pastor viola mis accesos y sigue siendo pastor", rumorean los creyentes. El sacerdote derrama leche en los inocentes, que todavía juegan a las escondidas, y ni la moral de Morfeo lo desvela, cuenta la leyenda.