
Se da vuelta el plato
se rompe un huevo
se llega tarde
se golpea el niño
se quema la olla
sin agua ahora.
Toda la tragedia de tu mundo
se condensa
en las contiendas de barro
casi bordeando las 23 horas.
Oh, mujer,
¿dónde te robaron la alegría
de mirarte al espejo
y sentirte querible?
A los testaferros
Si hay algo
que quiero dejar escrito
a fuerza de testimonio
son los cinco pasos hacia el abismo,
también los espacios no tranzables
en que se martilla
la vida al mejor postor.
Basta de subastas
con bastardos devastando
nuestra propia identidad
a golpe de puñal romano
jamás esperado
para quien ha obrado de buena fe.
Cómo no transitar con el beneficio de la duda
bajo el brazo.
Cómo no sentir impotencia
de la ley y sus huecos funcionales
donde se completa su victoria
multiplicada como parábolas
que esbozan discursos de paz
en medio de una guerra mercenaria.
Pecado
El puente se derrumba
como pesadilla en que
se caen los dientes
uno por una
los pétalos de la flor
que deshojan
sus labios gritando
de fertilidad
reflejada en el vino
de la misa
esa gran traición
al comer la hostia
y consumar falsa comunión.
(En los pasillos
me escondo)
Siendo verdugo
de costumbres rancias
hago de la locura
la locura de aceptar
que lo indeseable gobierne
sus cuerpos, sus notas
tensadas por el diapasón
de las vértebras
que apaga el infierno del deseo.
Vámonos a dar una vuelta
por la ciudad
rompiendo filas
sacándole la lengua
a los represores.
Bailemos como gitanos
hasta rayar
un juego de gatos
para que de esta noche
no quede solamente
la próxima purgación
de arrepentimientos.
De las vísceras
Si todos buscaran la totalidad
en un mundo dispar
te dispararías
en el cráneo al pensar conciliar.
Y es que no puedes creer
que rezando horas y horas
los asesinos en el mundo
los impunes criminales
comprenderán errores
pues el globo se sigue jugando
aquí y ahora.
Y créeme, qué resignación
más amarga
buscar un paraíso fuera de esta vida.
No todo es tan terrible después de todo,
aún se puede contemplar
la humedad en una tarde de lluvia
poder jalar hondo un sorbo de vida,
!sonreír!
sentir un paraíso terrenal
en la sencillez
que
se
de
rrum
ba
cuando
se inundan las casas:
pues el oro también se derrite
cuando hierve la miseria.
No puedo quedarme quieto, hermano
no me acomoda la idea
de buscar la paz en todas las cosas
las casas,
hay algo en ello
que te conduce irreductiblemente
a la adaptación
al enfrentamiento pasivo
con las migajas de lo posible.
Yo quiero que podamos
comer pan,
algo tan sencillo
tan cotidiano
y tan ausente de respuestas;
los techos se llueven
en invierno, hermano
la muerte sube como la levadura
y lo más fácil
es quedarse quieto
quizás qué fortunas harán milagros.
Un beso por las viudas
Bagdad, 14 de diciembre, 2008
Golpeando el suelo
el zapato se relega
a su condición naturalizada.
Antes de eso,
su trayecto para ser zapato
cruzó el respiro del hombre
atrapado en un proceso ajeno;
los relojes marcaron
la pauta del tiempo:
La medianoche
de los zapatos usados
dio a luz
un secreto ocultado
desde temprano.
Y no se derritieron los relojes
en Medio Oriente
cuando un zapato
viajó de Irak a Irak
hacia el mundo.
Tampoco dejó al descubierto
su misión forzada
en un juego de ajedrez
entre opuestos.
Pero logró salirse del pie*
Quedó su fotografía clavada
en la humanidad
sacada de la fantasmagoría
de quien talló
para hacer camino/lanzar un insulto
a la cara de Bush
y romper el en tablas de la partida.
*Referencia a Al pie desde su niño, de Pablo Neruda